Muestra de mi trabajo
Corrección de estilo
El siguiente fragmento pertenece al trabajo de uno de mis clientes (que ha pedido permanecer anónimo). Posteriormente podrás ver cómo ha quedado el mismo texto tras ser corregido por mí.
Esta es la muestra de lo que puedo hacer para ti.
Texto original.
Anónimo escribió:
El hospital, abandonado, tan tétrico, poseía un ligero aire fantasmal. Muchos fantasmas vagaban por ahí, sin saber que hacer, algunos conversaban con otros acerca de sus vidas pasadas, otros deseaban ir al cielo, y los menos, pero no pocos, deseaban quedarse puesto que tenían asuntos pendientes en la tierra. Fue a las 12:25 pm cuando el festival comenzó... el festival de muerte para los fastasmas. Una garganta se abrió dentro del hospital, una gran garganta la que al abrirse desprendió grandes cantidades de energía por el sector, haciendo que los fantasmas se quedasen pasmados de miedo. De la garganta salió el espectro blanco. Apenas puso un pie en el hospital aspiró con su boca para absorver aquellos fantamas. Su sabor era malo, lo que hizo enojar al espectro. Fue ahí cuando extrañamente su personalidad cambiaría para siempre, se había calmado. Sus ojos se paseaban por todo el lugar...- ¿Do...do...donde estoy? ¿Qué es esto? ¿Estoy hablando?... parece que si... puedo hablar, nunca lo había intentado antes, se siente tan bien... ¿Hola?...- Un eco sonó por todo el edificio, más que eco... resonancia, lo que generó que al espectro le diera un poco de gracia y riera.- Ja... que divertido... espera... ¿estoy hablando solo?... ¿en serio no hay nadie como para conversar?. Que fastidio... ¿nadie tampoco para pelear?, este nuevo cuerpo me tiene mal, ya no soy tan grande como antes, siento que soy débil... tengo que verificar eso... ¿pero cómo?.- Decía en voz alta aquel espectro, era un tanto lamentosa sin duda... el pobre no tenía diversión, ni social, ni conflictiva. En ese entonces, pensó que lo mejor sería caminar por el lugar, y saber donde diablos se encontraba metido....
Texto corregido.
Anónimo (corregido) escribió:
El hospital abandonado y tétrico poseía un ligero aire fantasmal. Muchos fantasmas vagaban por ahí sin saber qué hacer. Algunos conversaban acerca de sus vidas pasadas, otros deseaban ir al cielo y una minoría deseaba quedarse para resolver sus asuntos pendientes en la tierra.
Eran las 12:25 p.m. cuando el festival comenzó. Un festival de muerte.
Una garganta se abrió dentro del hospital desprendiendo grandes cantidades de energía por todo el sector y provocando que los fantasmas se pasmaran de miedo. Del abismo emergió un espectro blanco y apenas puso un pie en el recinto aspiró para absorber aquellos espíritus. Su sabor era malo y eso lo enfadó. Fue ahí cuando su personalidad cambió para siempre; se había calmado.
Sus ojos se pasearon por todo el lugar.
—¿Dó... dó... dónde estoy? ¿Qué es esto? ¿Estoy hablando? Parece que si. Puedo hablar, nunca lo había intentado, se siente tan bien. ¿Hola? —un sonido retumbó por todo el edificio que más que eco era resonancia evidencia de la soledad. Esto provocó una suave risa en el espectro.
—Ja. Qué divertido. Espera ¿estoy hablando solo? ¿En serio no hay nadie para conversar? Qué fastidio. ¿Tampoco nadie para pelear? Este nuevo cuerpo me tiene mal, ya no soy tan grande como antes. Siento que soy débil... Tengo que comprobarlo pero ¿cómo? —se lamentó en voz alta.
El pobre no tenía diversión social o bélica. Entonces pensó que lo mejor sería caminar para averiguar en dónde diablos se encontraba.
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