Más acerca de mí

Oh, me halaga que tengas curiosidad acerca de mi vida más allá de los asuntos de la página.

Como sabes –si ya has leído la publicación Encantada, soy Nydra–, mi pasatiempo siempre ha sido escribir pero hasta hace aproximadamente tres años me dedicaba a otras cosas. En mi faceta de persona normal amé dedicarme al estudio de la psicología. Las personas somos muy interesantes, en parte, por lo predecibles que son nuestros patrones de conducta. Aunque lo que más disfruté fue aprender de hipnoterapia. La regresión a vidas pasadas formó parte de un capitulo crucial en mi vida. Creo que el hecho de saber de estos temas me ayudó para diseñar personajes, así pude entender que sus motivaciones pueden ser muy complejas y aparentemente contradictorias, pero tener una base firme. De hecho, te recomiendo que, si no estudiarás la carrera de psicología, al menos intentes leer un poco de ese contenido; no importa si sientes que tu género literario no requiere de complicaciones, te aseguro que hará una gran diferencia.

Sin embargo, nos estamos desviando del tema. Yo intentaba contarte qué otras cosas he hecho en mi vida, y créeme si te digo que habría mucho que narrar. No puedo quejarme, he tenido una existencia interesante; he viajado mucho y he conocido a las personas más extravagantes que puedas imaginar. Todo esto, porque el tema al que más le he dedicado el tiempo es el misticismo.

Siempre fui una persona bastante espiritual, y desde muy joven ha sido importante para mí intentar comprender la realidad en la que vivimos. Es por eso que estudié cosas muy inusuales. Me apasionan muchas ramas esotéricas, antiguas y actuales. Les he invertido vida, dinero en viajes y años de práctica y estudio. De hecho, no solo abordé el tema en solitario ya que, por cuestiones del destino, me encontré con grupos dedicados a lo mismo; puedo hablarte de dos de ellos. El primero de ellos tenía un enfoque esotérico como el que yo amaba, ahí pude experimentar algunas de las cosas más interesantes que he hallado. La organización se dedicaba a investigar casos críticos (en verdad, críticos. No como las niñerías halladas en películas y creepypastas). En ellos podíamos poner en práctica lo aprendido en nuestras respectivas disciplinas. Fue un sitio extraño y enriquecedor. De esos tiempos tengo anécdotas realmente impresionantes, desde el método de selección con el que fui elegida entre más de seiscientos aspirantes, hasta experiencias sobrenaturales en grupo. Pero… ya tendremos mucho tiempo para conversar acerca de esto si surge este tema.

Por otro lado, el segundo grupo se promocionaba como un centro de investigación paranormal abordado desde el punto de vista científico. Debo contarte que éste fue un fiasco. Todos los miembros eran relativamente escépticos y se vanagloriaban de usar la razón para explicar cosas que no entendían; comprenderás la ironía en eso. La triste realidad es que no tenían ninguna capacidad natural, ni conocimientos para estudiar los fenómenos que encontrábamos. De manera que yo era la única que podía dar asesoría, opinión y diagnóstico. Mientras que mis compañeros estaban pegados a un aparatito fraudulento esperando a que diera a un cuestionable «bip», y entonces gritaban «¡hay algo aquí!». Era divertido, porque para ese momento yo ya le había dicho a los habitantes de esa casa qué había, en dónde estaba, qué lo provocaba y las indicaciones de qué podrían hacer para manejarlo. No pasó mucho tiempo para que varios miembros comenzaran a dudar de los métodos que el director les imponía, y que, hasta que yo llegué, jamás les habían dado algún resultado.

El hecho, es que no se pueden estudiar y experimentar cosas intangibles, usando herramientas mundanas. Pero bueno, no creas que tengo la intención de hablar mal de ellos. Eran personas buenas y agradables, pasé momentos positivos a su lado y me alegra haberles dejado una visión más amplia el mundo.

Debo decirte que con ambos grupos firmé acuerdos de confidencialidad que me impiden contarte nombres y lugares. Aunque, créeme, me fascinará narrarte muchas de las anécdotas que viví, tan solo cambiando esos datos. Yo creo que si se da la oportunidad pueden gustarte.

Con los años, tuve que dejar ambos grupos porque tenía otros proyectos, vida personal y trabajo que hacer; debo aclarar que nada de eso fue remunerado. Aunque jamás renuncié a estudiar por mí cuenta (como siempre) y a conocer otras personas con los mismos intereses. Entonces, llegó el día en que decidí crear mi propio instituto paranormal. Sin ningún fin de lucro, por supuesto, incluso pagaría porque las personas me permitieran ingresar a su propiedad cuando ocurre algo extraño. Nosotros somos los que salimos ganando por la experiencia y el estudio. Si bien… no hay necesidad de contarle eso a quienes nos envían los casos. Jajajaja. Además, me gusta ayudar a las personas. Sé con certeza que cuando alguien nos contacta nosotros podremos darle asesoría adecuada, no importa si respondo yo o cualquier otro miembro de mi equipo. Eso reconfortará al consultante y le dará herramientas para manejar su caso.

Acerca del instituto de investigación, no me malentiendas, por favor, yo jamás he tenido ningún interés en «buscar fantasmas». De hecho, en mi experiencia, los fantasmas son lo más aburrido que te puedes encontrar. Son simples humanos pero sin cuerpo ¡qué lamentable! Por cierto, éstos son completamente inofensivos. Este mundo es mucho más complejo, interesante y lleno de vida de lo que se suele pensar. Ahora te preguntarás «¿entonces qué buscas, Nydra?» La aguja en el pajar. De vez en cuando, entre las decenas de casos que llegan a mis manos, hay algunos que no se pueden explicar por causas naturales como sugestión, efecto óptico, condición psicológica o el viento arrastrando una puerta. O bien, como hemos establecido antes: un simple fantasma. En esos casos hay algo más, algún hecho fascinante que me muero por ir a ver y experimentar en carne propia; un fenómeno espacio-temporal, un críptido, un ente, magia real, una habilidad extrasensorial, un ser diferente, un asunto de otro mundo…

Si, sé que la mayor parte de las personas pasa la vida intentando apartarse de esos temas, pero te dije que yo era extraña. Aunque no las busco con ánimo retador. A mí no me importa si algo es humano o no, yo reconozco su derecho a vivir de la manera en que su naturaleza le dicta. Todos aquí estamos obligados a coexistir. Me fascina aprender de los misterios tras cada fenómeno y de la manera en que nuestra energía/pensamiento puede ser usada para influir en el mundo. Tal vez… esta realidad no es lo que creemos. Mi interés va mucho más allá de los cuentos de brujas, demonios y la ouija que se hallan en internet; eso es fraude y superstición. La realidad siempre es mejor.

De este instituto (que si te lo preguntas, se llama Instituto de Cultura e Investigación de lo Paranormal) no existe ningún material subido a internet, pues las cosas reales jamás se investigan con la intención de obtener vistas o comprobárselas a quien no cree. Un escéptico tiene el derecho de serlo y goza de mi respeto. Lo que no tiene es mi interés de probarle algo para cambiarle la vida.

Aunque me parece interesante la idea de comenzar un podcast de charla paranormal; tal vez algún día surja la oportunidad de hacerlo. Esto es algo de lo que puedo conversar por horas sin cansarme, y me encanta. Así que ¿por qué no incluirte en la conversación?


¡Un abrazo!

Y que Calíope nos ampare.